domingo, 30 de abril de 2017

Strengthening Family Strategy

En este artículo pretendemos hacer una revisión teórica sobre las aportaciones más relevantes de las teorías de la vinculación y su influencia en la regulación emocional en la primera infancia, centrándonos en la significación y trascendencia de las primeras relaciones madre-bebé, entendidas estas como un vínculo diádico basado en la correspondencia cuerpo-emoción. En una primera parte, utilizaremos las principales bases de datos para localizar trabajos de impacto y realizar un análisis sobre la importancia de la experiencia de la vinculación en la temprana infancia que nos permita justificar la integración de metodologías psicoterapéuticas de orientación humanista basadas en el trabajo cuerpo-mente-emoción en programas de competencia familiar, pues parece demostrada su eficacia.
En este sentido, en una segunda parte de este artículo introduciremos los fundamentos de la técnica psicoterapéutica de la Danza Movimiento Terapia como una metodología práctica de la que estudiar y aplicar técnicas para implementar en programas de competencia parental. En concreto, presentaremos dos teorías sobre el desarrollo temprano infantil, así como técnicas específicas que se utilizan en un marco terapéutico.
Palabras clave: vínculo afectivo, apego, desarrollo emocional infantil, regulación emocional, entonación afectiva, Danza Movimiento Terapia.

lunes, 3 de octubre de 2016

La educación social como garante de los derechos de la ciudadanía


El término infancia se refiere a las personas menores de 18 años, la población infantil es «todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad» (Ayllón, 2015)., tal y como establece la Convención de las naciones unidas sobre los Derechos de las niñas y los niños celebrada en 1989.
En el informe “La Infancia en España 2012-2013”, Unicef pone de manifiesto el impacto de la crisis económica sobre la infancia en nuestro país, situación que compromete claramente sus derechos y presume que es responsabilidad de las administraciones revertir una situación que obstaculiza directamente el desarrollo y la salud de la población infantil, e incluso determina su futura inclusión social y laboral (Navarro, 2012).
En nuestro país, la pobreza infantil lleva tiempo encabezando el interés de la Administración y organismos tanto nacionales como internacionales. Cáritas, Unicef, Save the Children u Oxfam, entre otros, se hacen eco de la especial vulnerabilidad de los menores en España. Asistimos al alarmante aumento de la incidencia de la pobreza en las capas más desfavorecidas de la sociedad, y somos muchos, los que centramos nuestro interés en conocer, tanto las causas como las consecuencias de padecer, o estar en riesgo de pobreza durante las primeras etapas de la vida.
Según constatan diferentes informes internacionales, la pobreza en la infancia es la principal responsable del fracaso escolar, está presente en la mayoría de las trayectorias de exclusión y preocupa especialmente la transgeneracionalidad de esta situación.
Todo ello tiene implicaciones claramente éticas ya que cuando una comunidad “quiere alcanzar niveles más altos de rendimiento escolar entre su población infantil, deberá atacar la desigualdad subyacente, que es la causante de los profundos desniveles en el rendimiento escolar” (Wilkindon & Pickett, 2009:48). España registra una tasa de abandono escolar temprano del 30%, alrededor del doble de la media de la UE.
Un enfoque basado en el ejercicio de la violencia, respondería a la necesidad de dar respuestas institucionales a las situaciones de violencia que sufren los niños, previo al enfoque basado en al vulneración de sus derechos, pues entendemos que es un estado posterior. Que claro pues que la exposición a la pobreza en las primeras etapas de la vida, es una forma deliberada de ejercer la violencia institucional sobre un grupo social cada vez más numeroso. Según Finkelhor (2008), esta perspectiva, nos permitiría abordar el problema bajo las directrices de la victimología, dirigir los esfuerzos a analizar en profundidad la desigualdad bajo el paradigma de la violencia ejercida sobre la infancia, como un grupo social vulnerable y sujeto a especial amparo.
Por el momento, el modelo de protección español parece incapaz de atajar el problema, pues mantiene deliberadamente, servicios desbordados por demandas crecientes, siendo muchos los hogares que confiesan recurrir a ONGS para cubrir sus necesidades básicas. La interpretación de los planes estatales de lucha contra la pobreza infantil, revelan escasa sensibilidad de las administraciones hacia la protección de una etapa tan sensible.
Tras las estadísticas prevalece el menoscabo de los derechos infantiles y urge la necesidad de analizar en profundidad los efectos de vivir un desahucio o la inestabilidad familiar, así como, qué consecuencias acarrea sobre la salud, la malnutrición o la dificultad para acceder a servicios sanitarios de calidad. Los niños y las niñas, no son los ciudadanos del futuro, son ciudadanos del presente. Especial atención merece el análisis en profundidad, los efectos de los recortes en educación y atención a la diversidad y el repunte de la violencia familiar como consecuencia de situaciones derivadas de la precariedad económica.
“El consejo de ministros de la Europa de los 15, en el marco del 2º programa de lucha contra la pobreza define ésta en 1984, como la situación de personas, familias y grupos, cuyos limitados recursos económicos, sociales y culturales les excluyen del modo de vida que se considera aceptable en su entorno” (Lorenzo, 2012). Thomas Pogge (2005), la define como el resultado de políticas deliberadamente ineficaces a la hora de redistribuir justamente la riqueza de los países donde se da mientras que Wilkindon & Pickett (2009) la tildan como un problema de justicia social.
El ciclo de la pobreza es aquella situación fruto del desequilibrio entre las necesidades y la disponibilidad de recursos. La aproximación al concepto de pobreza infantil en los países industrializados, obliga a abordarla bajo un prisma neurológico evolutivo, la deprivación en la infancia se revela como factor recurrente en los procesos de exclusión en la edad adulta.
La perspectiva de la responsabilidad neuro cognitiva obliga a desarrollar políticas dirigidas a mejorar las condiciones en las que vive la población infantil víctima de pobreza y prevenir el desarrollo de estrategias desadaptativas, ya que la evidencia apunta a que la pobreza está relacionada con los deficientes resultados socio educativos (Schmid et al. 2014) es más, para Mani et al. (2013) el paradigma de la responsabilidad neurocognitiva debe orientar las políticas sociales. En un estudio reciente, vinculan la pobreza con escasa capacidades para solucionar problemas, lo que explicaría como ésta, se incrusta en el ciclo vital de las personas, cómo incide negativamente en la atención y en la memoria de trabajo, especialmente grave si ocurre durante la infancia, pues se sientan las bases y los fundamentos esenciales para el desarrollo y la formación de las capacidades personales (Montañésa et al. 2012). Las conclusiones de Robles y Pérez, (2014), apoyadas en numerosos estudios son claras, la pobreza en este sensible período, predice el fracaso escolar asociado a trayectorias de exclusión.
Sólo el análisis crítico de la realidad, guiado por valores de justicia social, permitirá mejorar la situación a la que parece estar condenada la infancia en riesgo, nos toca trabajar para prevenir el malestar emocional, que correlaciona con el desánimo y la falta de motivación, autoestima y fracaso escolar, malestar que redunda no sólo en las competencias emocionales sino también en las capacidades de concentración, atención y memorísticas de las niñas y los niños.
El estado natural de la infancia es la dependencia, situación extrema de vulnerabilidad, la violación de este estado de dependencia es la forma general de victimización (Finkelhor, 2008). Visibilizar la pobreza infantil, obliga a poner de manifiesto que a un importante grupo social se le priva, deliberadamente y en virtud de su condición de indefensión, del derecho a acceder a los recursos económicos, sociales o culturales, lo que supone anteponer la tradición cultural “extranormativa” de los intereses neoliberales, donde el poder de decisión de las instituciones es crucial en la distribución de los recursos (Ballester, 1991), al deber de ajustarnos a la norma legal, que en nuestro país queda reflejada en la Constitución y en la Convención de los Derechos del Niño.

BIBLIOGRAFÍA.
Ayllón, S. (2015), Infancia, pobreza y crisis económica. El alma de “La Caixa”. Ed. Obra Social “la Caixa": Barcelona.
Ballester, L. (1991). Las necesidades sociales. Teorías y conceptos básicos. Madrid: Síntesis S.A.
Finkelhor, D. (2008). Childhood victimization: violence, crime, and abuse in the lives of young people: violence, crime, and abuse in the lives of young people. Oxford University Press.
Lorenzo, J. (2012). Génesis de la pobreza y exclusión social en la infancia: diferentes enfoques para abordar una misma realidad. En Lázaro Editor A, I., Mora. Coord. Pobreza y exclusión social de la infancia: construcción de la equidad… desarrollo de la infancia (pp. 15-44). Madrid: Universidad pontificia de Madrid.
Mani, A., Mullainathan, S., Shafir, E. & Zhao, J. (2013). Poverty impedes cognitive function. science, 341(6149), pp976-980.
Montañésa, B., Aciegob, R. & Domínguez, R. (2012). Opinions and educational practice of a group of nursery education teachers related to the socio-emotional development of their pupils. Culture and Education. 24, 1, pp, 33-43
Schmid, J. & Hasselhorn, M. (2014). “Children at Risk” of Poor Educational Outcomes: Insights from a (Neuro-)Cognitive Perspective. Child Indicators Research, 7(4), 735–749.
Vicenç Navarro (Dir.) y Mónica Clua-Losada (Codir.). (2012). El impacto de la crisis en las familias y en la infancia. Observatorio Social de España. Barcelona: Ariel.

Wilkindon, R. & Pickett, K. (2009). Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva. Madrid: Turner noema. 

sábado, 16 de abril de 2016

Manual de Competencias para la vida adulta: EDUCATRIX. 
Un material para educadoras y educadores sociales, u otros profesionales que trabajan con jóvenes de 13 a 17 años que deseen trabajar temàticas transversales a partir del modelo de competencia congnitivo-emocional.
He participado como coordinadora junto a Laura Cladera Bonnin y Magdalena Gelabert Horrach, y al final, gracias al apoyo de muchas profesionales y compañeras hemos podido ver el resultado. Pero sin duda no hubiera sido posible sin el empeño y la incondicionalidad de Guillem Cladera Coll enla Fundació Natzaret y la Universitat de les Illes Balears.
De momento se puede conseguir en librerías de Palma y también en la Fundació Natzaret. Edicions Uib.